Reprobamos el funesto error de los que sueñan una Iglesia ideal, una cierta sociedad alimentada y formada de caridad, a la cual (no sin desprecio) oponen la otra que llaman jurídica.
Papa Pío XII, MYSTICI CORPORIS CHRISTI, 1943
La plaza de San Pedro repleta en los años 50
La última Carta Apostólica del Papa Francisco, Ad theologiam promovendam , se publicó el 1 de noviembre de 2023. Su objetivo es redefinir el papel de la Academia Pontificia de Teología. El Papa explica en el párrafo 2 que la Academia Pontificia fue fundada por Clemente XI en el siglo XVIII “para poner la teología al servicio de la Iglesia y del mundo”. Francisco quiere ahora revisar las normas de la Academia y “hacerlas más adecuadas a la misión que nuestro tiempo impone a la teología”.
Como suele ocurrir en los documentos publicados en nombre del Papa Francisco, la mayoría de las citas de la carta proceden de discursos y escritos del propio Francisco. Sin embargo, parece muy poco probable que sea él el autor del texto, aunque por supuesto lo haya aprobado. Incluye pasajes terribles de jerga académica, presumiblemente escritos por otra persona, como los siguientes:
“Esta dimensión relacional connota y define, desde un punto de vista epistémico, el estatus de la teología, que está impulsada a no encerrarse en una autorreferencialidad que conduce al aislamiento y a la insignificancia, sino a percibirse inserta en una red de relaciones, en primer lugar con otras disciplinas y otros saberes. Es el enfoque de la transdisciplinariedad, es decir, la interdisciplinariedad en sentido fuerte, distinta de la multidisciplinariedad, entendida como interdisciplinariedad en sentido débil.”
A diferencia de todo el magisterio de la Iglesia anterior al Concilio Vaticano II, el Papa subraya, como de costumbre, la necesidad ante todo de adaptarse a los tiempos y dejar atrás los viejos malos tiempos:
“Promover la teología en el futuro no puede limitarse a volver a proponer de manera abstracta fórmulas y esquemas del pasado”.
Como hizo la Iglesia católica con el Credo de Nicea o el Concilio de Trento, por ejemplo…
Francisco continúa aquí su plan de desmantelar las instituciones de la Iglesia, rechazando su papel esencial de transmitir lo que ha recibido. Como sugiere la cita del Papa Pío XII que encabeza este artículo, el Papa Francisco quiere sustituir la Iglesia real, “jurídica”, y sus instituciones por una comunidad vagamente fraternal de todos los creyentes (y no creyentes).
Ad theologiam promovendam reclama una “teología fundamentalmente contextual, capaz de leer e interpretar el Evangelio en las condiciones en que los hombres y mujeres viven cotidianamente, en los distintos ámbitos geográficos, sociales y culturales y teniendo como arquetipo la Encarnación del Logos… A partir de aquí, la teología sólo puede desarrollarse en una cultura del diálogo y del encuentro entre diferentes tradiciones y diferentes saberes, entre diferentes confesiones cristianas y diferentes religiones, confrontando abiertamente a todos, creyentes y no creyentes.”
En este documento, el Papa Francisco está llevando una vez más las doctrinas desarrolladas por los católicos liberales durante los siglos XIX y XX, y lamentablemente adoptadas por la Iglesia en el Vaticano II, a sus conclusiones extremas y lógicas. Pero podemos esperar y rezar para que un futuro papa retome el magisterio auténtico de la Iglesia y documentos como este sean pronto solo un mal recuerdo.
[1] En el momento de redactar este artículo sólo estaba disponible la versión italiana:
https://www.vatican.va/content/francesco/it/motu_proprio/documents/20231101-motu-proprio-ad-theologiam-promovendam.html
Reading the original English article : Dismantling the Church
lire cet article en français: Démantèlement de l’Église